viernes, 13 de marzo de 2015

Elder Dobri

                                         Dobri Dobrev (9)



La capital de Bulgaria, Sofía; tiene un santo propio apodado por los lugareños como Dobri Dobrev. 
Se trata de un hombre de más de 100 años de edad que mendiga por la capital. Es conocido por  todas las personas que, amablemente ofrendan unas cuantas monedas al mendigo que antiguamente recorría cerca de 14 kilómetros a pié desde su vivienda hasta el centro de la ciudad para pedir limosna.

Está casi completamente sordo, producto de su participación en la Segunda Guerra Mundial después de que una bomba estallara a pocos metros de él, su padre fue muerto en la WWI quedando su crianza a responsabilidad de su madre. Se sabe que al terminar el conflicto se volvió un hombre muy espiritual, reside en una extensión de la iglesia de Sts, Cirilo y Metodio en su ciudad natal de Baylovo, viste unos rudimentarios zapatos de cuero y tela que el mismo se los fabrica, nunca se cansa de hablar de Dios a los extraños que le regalan sus monedas, agradece de sobremanera a los niños que le brindan su ayuda y siempre se lo ve con una gran sonrisa en su avejentado rostro.

Lo que pocos sabían hasta el 2013 es que Dobri nunca se queda con el dinero que recibe de las personas, es más, la mayor donación hecha por una persona particular a la Catedral de San Alexander Nevsky la hizo él, entregando un total de $42000 para la reconstrucción de las esculturas.
Dobri pagó los servicios básicos de un orfanato a punto de quebrar brindándoles a los niños agua y calefacción por algunos meses.
Ha ayudado a centros de apoyo social, mendigos, iglesias, hospitales y la lista no termina pues no habla mucho sobre sus buenas  obras.

Se sabe que Dobri recibe un sueldo mensual por ser veterano de guerra y con ese dinero él afirma que es suficiente para vivir ya que no come nada más que un trozo de pan junto con unos tomates todos los días. Muchas autoridades le han ofrecido ayuda económica pero insiste en que el es feliz tal y como está.

Sin duda este es un firme testimonio de que las personas buenas existen aún en este mundo, aunque es paradójico que más comparta el que menos tiene, este hecho es de lo más natural en nuestros días.
Sin necesidad de ser un rico empresario, un acaudalado político o un abnegado religioso este hombre nos enseña que el desapego por las cosas materiales hace felices y que no hay mejor alegría y buena obra en la Tierra que compartir con nuestros semejantes.

Sin duda alguna un santo camina por aquellas tierras.


Desde mi amada Dite un saludo...

Dobri Dobrev (3)



No hay comentarios.:

Publicar un comentario