jueves, 23 de octubre de 2014

Una intrigante historia

Hace ya más de un año, estaba realizando un curso en la Universidad Autónoma de México sobre  Pensamiento Científico con el Dr. Carlos Gershenson. El curso trataba en general sobre las maneras de surgir de las corrientes filosóficas, el oscurantismo, la evolución del pensamiento y su aplicación en la vida diaria.

El curso fue maravilloso, aprendí y comprobé muchos conocimientos que consideraba lejanos y duros de entender para un joven que recién terminaba su educación secundaria. En el curso tuve contacto con personas de diferentes partes del mundo con maneras de pensar muy diversas e interesantes. Las clases eran muy participativas y constaban de acaloradas discusiones de los temas antes citados.

Una de las ventajas del curso, es que como estudiante tenía la obligación de calificar la tarea de mis compañeros y criticarla con toda la libertad del caso, el tema de tesis fue fundamentar la importancia del curso, y exponer sus aplicaciones para la vida diaria. Entre todos los trabajos que califiqué llegó a mis manos uno en particular que me cautivó con cada palabra, me impresionó con cada linea y dejó en mi una lección perpetua.

El trabajo que voy a citar a continuación es de un compañero que realizó el curso conmigo, desgraciadamente los trabajos llegaban a nuestras manos en completo anonimato y no puedo citar a su aclamado autor, pero sueño que de alguna manera que estas palabras llegarán a él por algún medio y me permitirá posteriormente entrevistarlo.

Cito.....


Mi interés por seguir este curso sobre el Pensamiento científico radicó en la decisión que tomé hace algo más de 15 años de escribir un libro luego de  experimentar la muerte de Xavier, mi hijo único. 
A los 16 años de edad, el fue víctima de un malhadado accidente de tránsito.  Esta experiencia personal, dolorosa y profunda, marcó mi vida con el signo de lo impermanente y me hundió en incógnitas que, en forma extraña, el mismo Xavier (¿?), en su nuevo estado, se encargó de ir despejando con mensajes que se filtraron en sueños y fenómenos paranormales.
Y desde entonces, temas recurrentes en mis pensamientos, lecturas y vivencias son su muerte y su vida en el más allá;  y mi sed por conocer, es insaciable.
A continuación, espero entonces poder desarrollar cómo podría aplicar los conocimientos adquiridos durante el curso  para mejor transmitir mi experiencia en el aquí y ahora de tal forma a volverla útil a otras personas. 
Cómo justificar este ejercicio.  Sin importar el  género literario que utilice, si bien se trata de un libro sobre una experiencia de vida y no uno de divulgación científica creo que el abordaje del tema debe ser riguroso y aproximarse lo más posible a la verdad…esa verdad que he ido construyendo, poco a poco, a lo largo de estos pasados quince años.  Mi afán por escribirlo responde a la necesidad de saciar mi ansia de conocimiento y compartir mi experiencia.   
La verdad, en mi comentario anterior, la definí entre otras como  “los hechos y acontecimientos porque responden a su naturaleza ontológica: son verdaderos porque son reales; porque existen y no son aparentes”.
En mi libro, partiré entonces de una narración de los hechos: en primer lugar, la muerte de mi hijo, en segundo lugar, lo que sucedió después: el esfuerzo que él desplegó para abrir un canal de comunicación con sus dos padres: su madre, católica no practicante y su padre, científico escéptico. 
Según la definición “la ciencia trata de ayudarnos a saber lo que pasa” en el mundo, “generando, verificando y propagando el conocimiento”.
Pero ¿Puede la ciencia ayudarme a entender y comunicar mi experiencia?   ¿Qué sentido tuvo su vida y  su muerte? ¿Qué es la muerte?  ¿Existe un “más allá”, una vida después de la muerte?  ¿Cómo explicar los sueños y fenómenos paranormales así como los mensajes que se filtraron a lo largo de un año después de la muerte de mi hijo?  ¿Pueden los muertos hablarnos desde el más allá o es el poder de nuestro cerebro el que nos juega malas pasadas?
De partida, tendré que reconocer que mis verdades están determinadas por mi circunstancia y contexto cultural donde priman los dogmas y creencias y que para cada cual de acuerdo a su credo y circunstancia la muerte tiene una significación distinta. 
Al narrar  los hechos como se sucedieron, buscaré dilucidar la cadena de acontecimientos que marcaron la muerte de mi hijo.  Utilizaré para ello un enfoque holístico, partiendo que nuestras vidas son sistemas que se caracterizan por la complejidad. Será de mucha utilidad para dar sentido a mis vivencias, revisar un cierto número de teorías como el principio de incertidumbre de Heisenberg;  la teoría del caos y el “efecto mariposa” de Edward Lorenz; el concepto de arquetipos y  el fenómeno de la sincronicidad de Jung.
Por la limitación del espacio me referiré a manera de ejemplo a un solo mensaje que podría ser explicado por el “efecto mariposa”: en uno de los sueños místicos que tuve  fui liberada de la responsabilidad de la muerte de mi hijo cuando Dios me dijo:  “Tú no eres responsable de los acontecimientos pero los desencadenas” (No fui responsable de su muerte pero comportamientos pasados en mi relación con mi hijo - entonces sólo pequeñas perturbaciones- pudieron, a través de un proceso de amplificación no deseado, “desencadenar” años después la catástrofe).  Pero el haber recibido ese mensaje en un sueño… ¿Cómo explicarlo?
Cómo explicar los fenómenos físicos que se sucedieron como la repetición en un walkman (no programable) más de 7 veces de la canción “Something for Nothing” del álbum de RUSH 2112 el día de mi cumpleaños…con respuestas a las preguntas que me hice a raíz de su muerte.   Cómo entender que al cuestionar a mi hijo porque muchos mensajes -sentía yo, su madre- eran dedicados a su padre, escuchara sonar,  como respuesta en el silencio de la madrugada, la cajita de música en mi velador…sin haberle dado cuerda.  Y que desde entonces…la cajita de música fuera la forma cómo respondía a nuestras preguntas.  

Me propongo entregar al lector de mi libro mi experiencia y abordar tímidamente explicaciones a ciertos de los acontecimientos basándome en las nuevas teorías científicas…siempre consciente claro está que la ciencia está aún en pañales y no se ha desarrollado lo suficiente para entender la capacidad del cerebro humano y peor aún para entender la muerte desde la perspectiva de los muertos.   
....

De todo corazón, este servidor, amante de la ciencia, buscador del conocimiento como tú, te desea la mejor de las suertes en la redacción de tu obra literaria, es difícil creer que historias tan extraordinarias pasen a personas comunes como cualquiera de nosotros. Deseo de todo corazón que los esfuerzos por escribir aquel libro explicando o pretendiendo hacerlo, den tregua al dolor y la curiosidad a un padre atormentado por las duras pruebas de la vida.
Desde Dite, un cordial saludo


jueves, 16 de octubre de 2014

Un libro para todos y para nadie

Así habló Zaratustra
(Un libro para todos y para nadie)

“Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre”

Aunque la frase citada anteriormente pudiera ser despreciable para cualquier lector, la personas que tienen conocimiento de la obra de Nietzsche sabrán que el filósofo argumentará hechos muy convincentes que harían dudar al más ferviente creyente sobre la existencia de un ser superior.
La obra de Nietzsche pretende reformar las doctrinas filosóficas  de siglos de antigüedad estableciendo una que da paso al nacimiento del Superhombre, aquel ser tan anhelado por la nacismo y otras corrientes políticas. Establece los requerimientos necesarios para la destrucción del hombre inferior y dictaminan los principios morales bajo los cuales está regido el Superhombre.
Nietzsche establece que el Superhombre debe tener tres espíritus fundamentales que son: El camello, el león y el niño; los cuales vienen acompañados por valores y virtudes nuevas clasificando a las virtudes tradicionales como dormideras.
Muchos críticos afirman que esta obra es una de las dos fundamentales filosóficas escritas durante el siglo XX, se llegó a la conclusión que mediante esta obra el hombre llega a un punto de maduración de la conciencia y del autoconocimiento que no se había visto en toda la historia.
Es interesante analizar el sentido que le da el filósofo a cuestiones tan básicas como la amistad, el sueño y el hambre. Mientras que cuestiones más complejas como la guerra, la conciencia y la superación se pintan como vanidades de las cuales el Superhombre es víctima y establece que todas estas cosas son necesarias para el buen vivir con nuestros semejantes.
Zaratustra representa la ideología filosófica del Superhombre la cual Nietzsche pretende hacer llegar a todos los seres humanos, se vale del filósofo persa Zoroastro para encarnizar los valores y virtudes del nuevo ser.
Que todo mundo sepa leer y escribir es algo bueno pero a la larga entorpece la letra y el conocimiento, aquella frase tan cruel pero tan verdadera es la que nos indica la sinceridad del autor a la hora de hablar de sus semejantes. Nos enseña la necesidad de tener un amigo al que se lo pueda ver como un enemigo interno al cual hay que superar en lo moral y académico, estableciendo que este sería una de las maneras de vencer al hombre inferior.

Aunque la obra citada es poco conocida, tiene gran relevancia en las corrientes filosóficas  de las últimas décadas. Es un libro para todos ya que todos tenemos acceso y oportunidad de aprender de él pero a la vez es un libro para nadie ya que difícilmente un hombre común, sin deseos de auto-superación sería capaz de poner en práctica los nuevos valores y nuevas virtudes que  Nietzsche establece.

El Bálsamo de Fierabras

Hace algunos meses  me encontraba en el dilema de hallar un experimento para la materia de Laboratorio de Química General que sea digno de un estudiante politécnico, innovador, que llame la atención y que por su puesto sea único en su clase.

Después de desechar algunas ideas por considerarlas ridículas, me enfoqué en buscar un producto que pueda llegar a la mayor cantidad de personas  y que sea completamente llamativo, la inspiración llegó de recuerdos de cuando trabajaba como Roadie en una presentación de una banda de Rock, mi inmenso gusto por la Coca Cola jugó un papel importante en este dilema y además incluí uno que otro conocimiento sobre fenómenos químicos difíciles de lograr.

Pensé en elaborar una bebida energizante, compuesta completamente por esencias naturales, que tenga la particularidad de brillar en la oscuridad y que se ilumine cuando se expone a luz ultravioleta.
Aunque la lucha con los profesores fue ardua para que me aprueben el uso de cafeína, quitina, y uno que otro químico orgánico que puede causar la muerte si es mal administrado, el resultado fue fantástico e interesante, nunca antes había pensado en una combinación tan estrafalaria de bebida energizante y tónico lumínico.

La bebida contiene extracto de manzanas que quita la acidez estomacal producida por la falta de alimentación durante la dura época de estudios para los exámenes politécnicos, fósforo para brindarle nutrientes al cerebro, dióxido de carbono que quita el estrés en el cuerpo y que vuele a la bebida un tanto adictiva, y los químicos necesarios para volverla fluorescente, curiosamente mi bebida puede ser usada como tratamiento para la malaria. Cuanta también con una fuerte dosis de cafeína que quita el sueño y calma los nervios.

Necesitaba un nombre digno de la bebida y que represente los poderes que puede brindarle al cuerpo, por ideologías nacionalistas no quise darle un nombre sajón a mi compuesto y opté por uno español. Recapitulando la literatura española del siglo de oro, di con la historia del Caballero Fierabras, quien conocía de la receta del bálsamo con el que fue embalsamado el mismísimo señor Jesús Cristo.
El bálsamo era capaz de curar en una sola noche al caballero que lo bebiera de toda herida adquirida en el combate, curaba todo tipo de enfermedad y le brindaba al cuerpo años de vida.


La mezcla de todos estos factores dio como resultado el proyecto de química más innovador de la feria de ciencias químicas, durante la casa abierta, humildemente puedo asegurarles que mi stand fue el más visitado y el más comentado por todos los invitados al certamen. Además logré sembrar la semilla de la curiosidad en todos los estudiantes que me visitaron y quedaron asombrados por el experimento aquel.

Sin duda, fue una de las experiencias más bellas e interesantes de mi corta vida universitaria, se que actualmente empresas como Coca Cola, quieren introducir en el mercado productos con el mismo efecto que el Bálsamo de Fierabras, pero me llena de orgullo poder decir que me le adelanté a la idea a la empresa más lucrativa en todo el mundo.

Sin más, el Cerbero presenta el Bálsamo de Fierabrás.








miércoles, 1 de octubre de 2014

El poder de la oración

Independientemente de creencias y religión, muchos de nosotros estamos de acuerdo que la oración es la herramienta fundamental para comunicarnos con Dios.

Hace algunos años, llegó a mis oídos el relato de un medico de emergencias que en un dia de trabajo fue testigo de un fenómeno que puede considerarse un milagro.
Sucedió que llegó una ambulancia a la sala de emergencias con una muchacha víctima de una fatalidad combinada entre enfermedad congénita y un accidente de tránsito. Los médicos actuaron  con celeridad para mantener con vida a la muchacha, los galenos se centraron en estabilizar los signos vitales antes de proceder a solucionar los estragos del accidente y lidear con su enfermedad. Pese a todos los esfuerzos, la muchacha falleció a las pocas horas de haber ingresado a la sala.
Luego de algunos años, por alguna extraña coincidencia, otra joven mujer llegó a la sala en peores circunstancias de las que llegó la muchacha que falleció, otro fatal accidente y se repetía la enfermedad. El equipo medico recordó el caso anterior y al ver que se encontraba en peores condiciones decidieron no hacer padecer a la muchacha con los dolorosos procesos necesarios para estabilizar su vida, se conformaron con reunir a todas las personas posibles del hostipal al rededor de la cama de la muchacha accidentada. A la orden del médico principal, todos se tomaron las manos, agacharon sus cabezas y empezaron a orar por el bien de la víctima. Lo que sucedió posteriormente fue sorprendente, entre la serenidad y silencio de los asistentes, los pitidos que marcan sus signos vitales empezaron a nivelarse, la hemorragia terminó y lentamente aquela mujer recobrò la conciencia. Todos los medicos quedaron atónitos frente a aquel extraño hecho, un milagro había sucedido ante  sus ojos.
Este testimónio sirvió a un grupo de teólogos e investigadores para demostrar los poderes de la oración con bases y testimonios de personas con caracter científico.

Es posible que el simple hecho de cerrar los ojos, serenar el cuerpo y empezar a tararear palabras al aire con la intención de comunicarse con Dios, nos pudiese sacar de peligros, librarnos de enfermedades y brindarnos paz al cuerpo y la mente? La respuesta es sí.
La oración es más que una acción terrenal, es el acto espiritual mediante el cual el corazón tiene oportunidad de sincerarse con Dios, librarse de culpas y penas para entablar la más sublime conversación con aquel superior que siempre vela por nuestro bienestar.
Muchos de nosotros podemos dar fé de este fenómeno, tenemos la inconciente confianza que al orar nuestros padecimientos se irán, el dolor morirá y la felicidad llenará nuestras vidas. Instintivamente buscamos las palabras indicadas para dedicarselas a Dios con la finalidad de que seamos escuchados y librados de adversidades.

Para orar no son necesarias las palabras, hay que hablar con Dios usando el corazón, sentir mil veces más fuerte los sentimientos que nos llenan y admitir las culpas con el Creador, es necesario dedicarle la mayor cantidad de tiempo posible y en completa soledad o acompañado de alguien de confianza.
A veces, por algún extraño propósito de Dios, los resultados de nuestra oración vienen mucho tiempo después y muchas veces como señales que se debe interpretar correctamente.

El Cerbero da testimonio del poder de la oración, y recomienda que se cultive a manera de hábito para no solo buscar a Dios en tiempo de tormenta.