miércoles, 23 de diciembre de 2015

Numismática




El noble arte de coleccionar monedas lleva por nombre numismática. Aunque para nuestro lenguaje esta palabra no tiene relación aparente con moneda o billete, lo cierto es que su origen etimológico se encuentra en numisma que quiere decir moneda en latín. 

Que el origen etimológico sea el latín hace honra a que los romanos fueron los primeros en adoptar el hábito de acumular monedas y catalogarlas, no precisamente a manera de colección pero si con un excelso estudio y datación.  Con la modernización, para el siglo XIX  la numismática se elevó a la categoría de ciencia.

No existe otra ciencia tan relacionada al desarrollo económico, social y cultural de la humanidad que la numismática. La moneda o el billete son tan susceptibles a los cambios de época y a las circunstancias que reinan en su producción, que el estudio de estos elementos puede decir más de los tiempos que la misma historia escrita. Esto es, el material con que está hecha una moneda dice mucho de las necesidades de los pueblos, por ejemplo; la necesidad de cobre durante la Segunda Guerra Mundial fue tan grande que los bancos centrales no podían darse el lujo de hacer una producción de monedas de esto elemento. Por esta razón las monedas de esos tiempos de países como EEUU o Francia eran de una aleación mucho más común y barata. Por su parte los alemanes, se vieron obligados a usar cupones.

El motivo ( dibujos o grabados) que lleva cada billete o moneda nos habla de la cultura de cada país. Estudiando las monedas podemos saber de personajes históricos, animales endémicos y fechas importantes. Cada país con moneda propia tiene el privilegio de plasmar en su circulante los hechos históricos que enorgullecen a la nación, los que poseemos una moneda adoptada de otro estado nos conformamos con que las monedas de más baja denominación posea nuestro Escudo Nacional.

No existe colección más difícil de completar que la numismática, no basta con poseer las monedas de cada país, es necesario tener todas las series y completarlas por épocas. En los casos más extremos se puede llegar a coleccionar las monedas por cada año y aún así no se llegaría a coleccionar del todo bien ya que algunos Bancos Centrales emiten monedas que no entran en circulación y se relegan a la venta de colección. 


Me he dedicado a la numismática desde los inicios de mi etapa de colegio por la necesidad de obtener la especialidad de coleccionista al grupo Scout al que pertenezco, la influencia de un amigo experto en el tema me introdujo de a poco en este maravilloso mundo del que he aprendido mucho y que me ha traído tanto buenas anécdotas como grandes penurias.

Tener en mis manos una moneda de 1854 del Imperio Francés con el busto de Napoleón III, billetes de la extinta Yugoslavia, papel moneda con Gandhi sonriendo en un sello de seguridad, monedas del Tercer Reich, de la República Helvética, de países tan alejados como Angola, Sudán, Marruecos o Egipto son un privilegio digno de un coleccionista apasionado.
Uno de los hechos más memorables que me ha traído la numismática fue cuando un piloto de la Lufthansa con más de 30 años recolectando monedas alrededor del mundo  decidió retirarse del arte y donarme el 50 % de su colección. 
Como en todo aspecto de la vida, no todo ha sido felicidad en el arte, recuerdo la ocasión en que decidí regalar una colección completa de Florines ya que a más de tenerlos en demasía, el valor comercial había caído y empezaron a estorbarme, al cabo de dos semanas después de deshacerme de las monedas empezaron a contactarme coleccionistas para decirme que estaban interesados en mis Florines ya que estos habían quintuplicado su precio en el mercado.

Mis monedas favoritas son las francesas, además de ser la primera serie que logré completar, presentan una bella alegoría a la libertad. También son parte de mi colección monedas francesas de la época del Imperio y de la Segunda Guerra Mundial hechas de níquel. Una moneda muy especial fue encontrada en las playas de Villamil Playas y data de 1930.

La numismática cultiva la paciencia, el amor por el arte y la historia, le da al coleccionista la oportunidad de soñar con las patrias lejanas de las monedas que posee,  permite estudiar el simbolismo económico, así como el contexto social y cultural. Es sin duda el arte más apasionante que se puede tomar como pasatiempo. 





Desde mi amada Dite, un saludo.