sábado, 30 de mayo de 2015

Venezuela... La incómoda verdad

Desde la muerte de Hugo Chávez Frías en marzo del 2013, el estado Venezolano  ha trastabillado en una serie de escándalos políticos, económicos y sociales que han puesto en duda la funcionalidad del sistema socialista y la honestidad de sus más grandes idearios.

Con la elección de Nicolás  Maduro en medio de un plebiscito tachado como fraudulento, la oposición venezolana pasó de simple antagonista política a ser una clase considerada criminal y terrorista, muchas figuras de derecha fueron arrestadas durante las protestas que actualmente son ilegales, dejando al pueblo desposeído de su sagrado derecho de levantarse y reclamar.

Es en este punto donde el análisis de los hechos empujan a reflexionar sobre el padecimiento de los venezolanos, un pueblo que se muere de hambre y que sufre las consecuencias de las pésimas decisiones que toman sus gobernantes. Gobernantes que no sufren las necesidades que a su gente imponen y que mantienen un estado de paranoia colectiva alegando que son potencias mundiales las que se encuentran detrás de telones maquinando las desgracias.

El descontento popular de los ciudadanos por tener que hacer filas en supermercados para adquirir artículos de primera necesidad, es opacado en la prensa por las declaraciones del primer mandatario donde se exponen los supuestos golpes de estado, actos de terrorismo y sabotaje contra su gobierno que pasan a diario, pretendiendo camuflar su incompetencia para dirigir y poniendo en ridículo el poder ejecutivo.

Pretenden solucionar la crisis encarcelando a todos aquellos que traten de luchar contra su ineficaz sistema económico, la lista de presos políticos se hace cada vez más grande y ponen en completa vergüenza a un pueblo que tiene como icono nacional a un hombre que luchó por las libertades. Los lazos internacionales se han ido destruyendo con cada escándalo. Es así como ahora Cuba, un país socialista que trataba de mantener su economía a flote gracias al crudo venezolano; actualmente abre sus brazos a un gobierno capitalista que le brinda la esperanza de solucionar sus problemas. Se espera que con las negociaciones entre EEUU y Cuba, el turismo y el comercio  se retome brindándole a la isla la oportunidad de recuperar el encanto y su estatus de paraíso tropical.

La gente en Venezuela sufre, pasa hambre, penurias, muerte y lo peor es que por decreto estatal nadie se puede rebelar. Los líderes políticos sumergen a los ciudadanos en la desinformación, tratan de hacer llevadera la cruel situación santificando la imagen del Comandante de la Revolución a quien idolatran y ruegan, como si de un santo se tratase, de que los saque del hambre y la necesidad.

Es cuestión de tiempo para que el pueblo sofocado, busque salvarse de caer en el abismo que le espera. No existirá ley estatal ni represión militar que pueda contener la ira de los ciudadanos que cansados del maltrato, busquen reclamar su derecho a una vida digna y con mejores condiciones. Es cuando se volverán contra sus gobernantes, los juzgaran y los encontraran culpables del austerismo nacional. Ni políticos ni militares podrán esconder la sangre que sus manos manchan y avergonzados imploraran compasión ante la plebe que sabiamente lo negara.